Aunque no está catalogado como especie invasora sí es una amenaza para la fauna piscícola.

El cormorán grande (phalocrocorax carbo) se mueve actualmente entre dos aguas. Mientras que en la mayor parte de las regiones de Europa esta especie se encuentra protegida al amparo de la Directiva de Aves, en España son cada vez más las voces que claman por su inclusión en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras por la fuerte presión que ejerce sobre la fauna piscícola, en el caso de León, sobre las poblaciones trucheras que representan un gran reclamo para la pesca recreativa.

Por el momento, el cormorán aparece en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas como «de interés especial», lo que está creando conflictos con las partes implicadas en las actividades de pesca recreativa y acuicultura que defienden que su crecimiento poblacional de los últimos años supone una «peligrosa amenaza» para las especies piscícolas, su principal alimento.

Ante esta situación la Comisión Europea está organizando un recuento por todo el continente de las colonias de cría de cormoranes, en colaboración con el UICN/Humedales Grupo Internacional de Investigación Cormorán

Asimismo, está elaborando un documento para clarificar los conceptos clave del artículo 9 de la Directiva de Aves y, en particular, el uso del sistema de derogación para los cormoranes.

Entre tanto, el servicio territorial de Medio Ambiente de León trabaja desde hace años en el estudio de esta especie para determinar en qué medida puede suponer una amenaza para la pesca en la provincia, y para poner en marcha las medidas poblacionales más adecuadas.

Las labores de control tienen una «dudosa eficacia», según palabras del servicio de Medio Ambiente de León, ya que se trata de una especie invernante, muy móvil y errática, con contingentes fluctuantes, escasa querencia hacia dormideros concretos. Además, la desaparición de ejemplares puede favorecer la instalación de nuevos individuos rápidamente, como ocurre con otros depredadores terrestres.

Menos del 20%

De hecho, en el pasado año 2015 se batieron en la provincia 84 ejemplares, de una población estimada que podría superar los 1.230 individuos, una cantidad «insignificante» si se tiene en cuenta de que «en un control poblacional nunca se debe superar el 20 por ciento del inventario de la especie», según Medio Ambiente.

Por eso, los agentes del servicio territorial de Medio Ambiente se limita a realizar labores de control sobre la especie, solo en áreas de máxima concentración y con el objetivo de conocer su posible incidencia sobre las poblaciones piscícolas y analizando su contenido estomacal, para obtener más información sobre sus hábitos y domar las decisiones más acertadas. Con todos los datos obtenidos se realiza un informe que se envía puntualmente a la Dirección General de Medio Natural.

De ser «poco frecuente» a poblar embalses y ríos

Hasta comienzos de los años 80 la especie era poco frecuente en Castilla y León, pero en la década de los 90 ha tenido una importante expansión por toda la comunidad. Las poblaciones invernantes de cormorán en el interior peninsular y concretamente en Castilla y León han aumentado, coincidiendo con el auge de las poblaciones reproductoras en el continente europeo.

En la provincia de León sus principales zonas de invernada se localizan principalmente en los embalses de Riaño, Porma, Barrios de Luna, Selga de Ordas, Matalavilla, Peñarrubia, Ondinas, Barcena y Campañana. Desde 1995 se han venido instalando en el río Esla en las proximidades de Vidanes, Cubillas de Rueda, Sahechores de Rueda, confluencia Torío y Benesga y Cabreros del Río.

En esta época del año es cuando más cormoranos buscan alimento entre los muchos humedales, lagos y pantanos de la provincial leonesa, ya que coincide con la época de freza de la trucha, por lo que encuentran alimento en las crías más fácilmente.

Los dormideros invernales de cormoranes se concentran sobre todo en los cursos medios y bajos con mayor presencia de especies ciprínicolas. En las áreas exclusivamente trucheras (curso alto y alto-medio) las concentraciones de cormoranes son menores, ya que dichos tramos altos son mucho más pobres en número de especies de peces, con escasas especies ligadas a aguas muy oxigenadas y frías, que suelen encontrarse en mas baja densidad. En cambio, en los embalses de cabecera sí se pueden dar ciertas concentraciones de peces y de dormideros de cormoranes, favorecidas por las condiciones artificiales.

Las densidades de población invernante, de una especie muy móvil y errática como el cormorán, son difíciles de determinar. De todos modos es frecuente el contabilizar bandos y agrupaciones de 30-50 ejemplares, cuya movilidad es asombrosa, ya que en pocas horas pasan de estar en el Esla buscando alimento a volar hasta Riaño para regugiarse.